21 de julio de 2010

PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO




Paulo Freire

CAPÍTULO I:
El autor mantiene una pedagogía en la que la persona aprenda a cultivarse por medio de situaciones de la vida cotidiana que él vive.
No se habla de una pedagogía para el oprimido, al contrario, según él; la persona debe construir su realidad a través de las circunstancias que pasan diariamente.
El método de aprendizaje de Paulo Freire no es meramente de reproducir las palabras ya existentes, sino que éstas se crean y le permiten hacer conciencia de la realidad para luchar por su emancipación.
La persona que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión que lo ha insertado la pedagogía que usualmente hemos considerado, de igual manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del status social que guarda contribuye a variarlo.
La idea de Freire implica dos momentos disímiles de manera sucesiva: la primera se refiere a tomar conciencia de la realidad que la persona vive, como ser oprimido sujeto a las determinaciones que los opresores imponen; la segunda, es la iniciativa de los oprimidos para luchar y liberarse frente a los opresores.
En las relaciones que se establecen, lo oprimidos surgen como los generadores de la violencia, aun cuando su condición y después de los momentos que anteriormente se contaron lo inciten a modificar su status, no obstante, ante los ojos de los opresores, esa lucha se exalta como violencia innecesaria, sueños utópicos y no como las ideas de un revolucionario el cual se reconoce por el compromiso ideológico que establece con sus iguales y no por las acciones que ejecuta.
Por otra parte, lo opresores culpan a sus adversarios de ser unos viciosos, desobligados, irresponsables y culpables de su propia situación, por el contrario se debe a que se encuentran oprimidos y ello los lleva a tal situación cuya causa principal es la explotación de que son objeto.

CAPÍTULO II:
Una característica presente de la educación es la narración y memorización excesiva que se enseñan en las aulas, pero no se estudia la esencia de ello.
La concepción bancaria de la educación pretende convertir la mente de las personas para que se adecuen mejor a los escenarios reales y así poder dominarlos con mayor disposición.
Cuando la persona no lucha por sus intereses y su independencia cultural y social, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha predominado en varias veces con la educación que se imparte en las escuelas.
La educación liberadora en la persona tiene que ser un acto cognitivo en el que se alcance y analice el contenido, superando la división existente entre el maestro y el alumno; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación integral de ambos.

CAPÍTULO III:
La realidad actual que rodea al hombre no le permite entenderla ni transformarla porque la educación es simplemente para adaptarlo, sin embargo la idea es que pueda aplicar la segunda categoría.
Para obtener tal objetivo es necesaria la dialogicidad que se establezca entre el maestro y alumno, puesto que el hombre no se hace en el silencio.
El diálogo que se crea entre dos personas contribuye a aumentar el amor mutuo, asimismo, no puede ser semejante con la cobardía.
Ciertas personas que afirman ser líderes, acuden a las masas para crear diálogos con ellos, sin embargo no manifiestan los intereses del pueblo sino los suyos.
Es primordial crear diálogo con el pueblo, pero ello implica utilizar un lenguaje similar al de las costumbres de la persona para que exista esta interacción es necesario integrarse a la vida del hombre, investigar su lenguaje, su actividad y pensamiento.
Cuando se quiera investigar el tema generador, debemos acudir hasta el lugar donde se hallan las personas que intentamos liberar e investigar el pensamiento de ellos para no descontextualizar su trabajo.
La investigación del tema generador envuelve dos etapas distintas en las que se involucra el individuo: la primera se refiere a asistir hasta el lugar de los hechos para estar al tanto cuál es la forma de pensar de los oprimidos y la segunda es aplicar el pensamiento en el aprendizaje ordenado a través de la interacción grupal entre las mismas personas.

CAPÍTULO IV:
El opresor hace uso de la antidialogicidad para mantener su status quo a través de diversos medios, por ello, es importante conquistar a los oprimidos con el diálogo concreto repetidamente, convirtiéndose este acto en una acción necrofilia
Por otra parte, los opresores buscan evitar la unión dialógica con el mismo objetivo anteriormente expuesto, en sus discursos implícitos advierten lo peligroso que podría ser mantener la "paz social" cuando a los oprimidos se les habla de los conceptos de unión, organización, entre otros
Otra característica de la antidialogicidad es la manipulación que a través de la ideología busca conformar a las personas en base a sus objetivos propuestos.
Algunos líderes de izquierda acuden a las masas populares para exponer sus ideas, sin embargo la mayoría de las veces su lucha se centra en lograr el poder.
Otra característica de la antidialogicidad es la invasión cultural de que son objeto los oprimidos; éstos son sólo eso, objetos, mientras que los opresores son autores y actores del proceso; es una táctica subliminal que se emplea para la dominación y que conduce a la inautenticidad de los individuos.
Cuando hay la invasión cultural, las relaciones padre - hijo se modifican para beneficio de los opresores quienes suponen que deben educar al pueblo, por el contrario éste debe educarse en comunión.
Contrastándose a lo que se expuso anteriormente, aparece la colaboración como una forma de emancipación del pueblo, pero ésta no implica la existencia de un líder mesiánico, sino a través de la comunión entre él y las masas quienes interactúan y se comunican con el compromiso mutuo de luchar por la liberación.
Además de colaboración, se requiere de unión para realizar un esfuerzo común que conduzca a la liberación, lo cual implica una forma de acción cultural que enseñe el qué y cómo de la adherencia a la causa revolucionaria.
Aparte de de la unión, la acción dialógica requiere de la organización para evitar el dirigismo ideológico, por el contrario, es un elemento constitutivo de la acción revolucionaria, misma que implica conexión entre la acción y la práctica, audacia, radicalizar, pero no sectarizar y valentía de amar, todas estas acciones deben ser claras sin caer en la ingenuidad.

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